Las siguientes técnicas te ayudarán, usadas individual o
conjuntamente, a salir bien parado en los descensos que exigen más técnica, si
bien tendrás que aprenderlas paciente y progresivamente.
1. Equilibrio estático.
Consiste en permanecer parado totalmente, con los pies en
los pedales sin tocar el suelo. Esta técnica te permitirá detenerte unos
instantes sobre la bici para a continuación retomar la marcha. Se consigue
permaneciendo lo más quieto posible, jugando con el peso del cuerpo para
compensar y mantener el centro de gravedad de tu cuerpo en el centro de
gravedad de la bici. Puedes ayudarte colocando el manillar girado 45º respecto
al cuadro de la bicicleta y dando ligeros toques de freno y de pedal. El pedal
de tu pierna preferente permanecerá más adelantado (generalmente el pedal
derecho en caso de diestros). Practica primero manteniendo el equilibro con una
velocidad reducida en una zona ascendente y más tarde, totalmente parado.
2. Equilibrio dinámico.
Es similar al anterior, aunque se realiza con un poco de
velocidad. Permitirá pasar por una zona de anchura reducida o por la mejor
trazada en un tramo dificultoso. Lo lograrás desplazando el cuerpo al lado
opuesto a donde la bicicleta comienza a desviarse.
3. Caballito.
Consiste en elevar la rueda delantera, quedándote solo con
la rueda trasera en el suelo. Esta técnica te permitirá salvar escalones o
cortados a muy baja velocidad o parado. Lo conseguirás, preferiblemente con el
plato mediano, tirando con fuerza hacia arriba del manillar mientras empujas
hacia abajo sobre los pedales, permitiendo que la rueda se levante del suelo.
Recuperarás tu posición inicial, desplazando tu peso hacia adelante o apretando
el freno trasero. Las primeras prácticas conviene hacerlas con los pedales
automáticos muy flojos y en tramos ascendentes.
4. Salto de
escalones.
Si durante tu bajada te encuentras algún escalon, podrás
salvarlo frontalmente según la velocidad a la que ruedes. El movimiento más
sencillo será el tomarlo a una cierta velocidad pues evitarás que se te hunda
la rueda delantera hacia abajo nada más salir del propio escalon. Así pues,
busca una posición ligeramente retrasada y sigue la inercia de tu trayectoria
que hará que la bicicleta se incline ligeramente hacia atrás y que no te claves
tras el salto. En cambio, si no llevas mucha velocidad o estás totalmente
parado, tendrás que tirar ligeramente del manillar justo antes del escalon,
haciendo un caballito. No olvides siempre mirar más allá del escalon.
5. Salto del conejo o Bunny-Hop.
Consiste en levantar, cuando circules a una relativa
velocidad, primeramente la rueda delantera antes del obstáculo para
posteriormente levantar la trasera, para aterrizar algunos centímetros después.
Esta técnica nos permitirá salvar obstáculos de cierto nivel, como troncos,
cortados, charcos o piedras y así evitar el tener que pararte con la bici. Se
consigue tirando levemente del manillar, hasta que la rueda delantera se
levante, momento en que debes flexionar las piernas y retrasar el cuerpo
mientras tiras del manillar. Como reacción a ese movimiento se produce el
despegue completo y una vez en el aire desplaza el cuerpo hacia delante para
equilibrar la distribución de pesos y así tomar tierra suavemente.
6. Postura extrema trasera.
Se emplea para bajar pendientes pronunciadas con terreno
suelto -una de las bajadas que precisan más técnica-. Consiste en sacar el
cuerpo de la geometría de la bici, quedando el pecho apostado sobre el sillín,
de modo que prácticamente nuestro cuerpo estará sobre la rueda trasera. Así,
ante una pérdida de equilibrio, nuestro freno delantero y un pie a tierra nos
dará control de la situación.
MINIMIZA LOS DAÑOS EN UNA CAIDA
Si bien todos los consejos que te demos no te vendrán a la
cabeza en el segundo en el que puedes reaccionar en una caída, ten en
consideración lo siguiente: Es primordial que trabajes tu equilibrio y que
vayas probando los puntos límite que, de sobrepasarlos, te llevarán a la caída.
Por ejemplo, comprueba la presión máxima que debes dar a tu freno delantero en
algún tramo llano para comprobar que sobrepasando éste, te llevará de bruces al
suelo. Si sueles tener caídas del mismo tipo, estudia en que estás fallando
reiteradamente. En caso de que comiences a perder el control y veas inevitable
la caída, tienes un último segundo para pensar y actuar como irás al suelo con
los menores daños, por lo que elige el punto de contacto con el que
aterrizarás. Intenta caer de pie, y si no es posible aterriza con tus brazos
para amortiguar el golpe; primeramente con tus manos, y a continuación, en este
lugar, con tus antebrazos, brazos y hombros hasta que consigas rodar cuan
cochinilla. Es preferible hacerte heridas en la piel que partirte algún hueso.
No estés rígido cuando caigas, pues será cuando te hagas más daño y
posiblemente hasta roturas. ¿Has pensado el porqué la gente ebria no suelen
hacerse daño en sus trompazos? Intenta que no vaya la bici junto a tí en la
caída, y no intentes cogerla para que no se rompa alguno de sus componente,
pues ella tiene arreglo el 100% de las veces, pero tu no. Mejor aterriza con
los antebrazos que con los brazos, pues comenzarás a rodar. Tras la caída, no
todos los daños son visibles, sino que puedes tener sangrado interno y no
percatarte de ello, por lo que no descartes visitar al medico especialista. Por
último dos consejos, tan simples como importantes: - Revisa siempre tu bici
antes de subir a ella, sobre todo cuando la has desmontado para transportarla.
- La mejor prevención es el sentido común; no arriesgues pues no tienes nada
que ganar y si mucho que perder.
RECUPERA LA CONFIANZA TRAS UNA CAIDA

1. Evita las bajadas severas y trialeras durante algún
tiempo (horas, días, semanas o meses, depende de cada uno), pero sigue saliendo
de forma regular.
2. Examina el error cometido y vuelve a pasar montado en tu
bici por el punto en donde te has caído. Si no te sientes capaz, al menos
examínalo bajado de ella.
3. Aumenta la seguridad de tu bici, poniendo cubiertas con más
balón que mejore el agarre, subiendo un poco el manillar con una nueva
potencia, bajando el sillín en los descensos y aflojando la tensión de los
muelles de los pedales.
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